He
estado pensando un poco en esto y siento que si me tocara mencionar cuáles son
las mejores cosas del mundo que me han tocado vivir, sentir, conocer y poder
mencionar las que aún no he tenido la oportunidad de experimentar, me atrevería
a decir que, si tuviera que empezar con sólo 10, sin duda alguna serían:
1.
Haber nacido en un país pobre con tantos contrastes. País que para muchas naciones ni siquiera existe, pero
que poco a poco empieza a hacerse su camino. No lo tiene muy fácil, pero igual
seguimos caminando.
2.
Ser voseante.
Estoy enamorado de la forma de hablar del nica y sobre todo del uso del “vos” que realmente cambia el sentido
de las cosas, hace que las frases sean mucho más “cortantes”, siempre como
ordenando a los demás hacer algo, pero con cortesía. Por ejemplo: Los tuteantes
dicen: ven aquí! Se siente más distante y “respetuoso”, en cambio nosotros
decimos: ¡vení ve! Que según yo, es súper directo y muestra mucha confianza,
algo bastante “típico” del nica.
3.
No tener 8000 “amigos” en las redes sociales, pero
contar con menos de 8 a quienes quiero mucho y en quienes puedo confiar con los
ojos cerrados, aunque a veces, lo confieso, tenga que medio abrir un ojo para
constatar que todo va bien :- )
4.
Haber, desde más o
menos los 18 años de edad, vivido fuera
de la casa de mi madre. Algo bastante inusual en nuestro país, donde para
realmente “irte” de la casa, o salir de tu casa materna, tenés que salir
casado. La oportunidad de vivir fuera te hace ser independiente y serlo desde
temprana edad te da mucha más confianza en vos mismo como persona. Nadie está
diciendo que sea fácil, al contrario, es el momento de enfrentarte con la vida
real, con el mundo y pues aprender a vivir de ese modo tiene sus altibajos como
todo, pero al final del día uno aprende a organizarse, a manejar sus gastos
entre otras cosas.
5.
Haber aprendido idiomas extranjeros como francés,
inglés, alemán, portugués, mantener ese interés por perfeccionarlos, pero
también tener el gusto por idiomas que nunca me he atrevido a estudiar o con
los que nunca me he “cruzado”, no dudo que pronto tenga la oportunidad de
aprender el idioma tahitiano (reo Tahiti) que
seguro será muy exótico para el oído nica, ya tengo ganas de empezar!
6.
Viajar. Ya sea
dentro de Nicaragua o en Centroamérica o Europa. Los viajes me han enriquecido
mucho culturalmente y creo que me han permitido tener una apertura con la misma
Nicaragua y con los países que he visitado. Hoy por hoy, estando en Granada
descubro que hay mucho por aprender de nuestro país. En esta ciudad colonial,
estoy aprendiendo palabras y maneras de hacer las cosas muy diferentes a las de
Managua y poder descubrir y conocer eso para mí es un privilegio. Estoy ansioso
e interesado en continuar descubriendo nuevas tierras y culturas lejanas.
7.
Dar clases. Los
que nunca lo han hecho seguramente deben pensar que es un trabajo fácil, pero
no lo es, es un trabajo que implica mucha preparación y energía y en ocasiones
puede ser bastante agotador, pero es muy gratificante. Afortunadamente he
trabajado con todo tipo de público, desde niños hasta señores en educación a
distancia y cada una de esas experiencias me han permitido ir creciendo
profesionalmente y entendiendo y modificando mi manera de enseñar. Pero en
definitiva dar clases es un gran placer.
8.
Haber aceptado a la Juana de Arco desde muy pequeñita. Al
comienzo fue muy difícil, porque lloraba toda la noche y yo tenía que agarrar
un colchón e irme a dormir a la sala y llevármela ahí, para que nadie escuchara
su llanto y se calmaba, pero en la mañana amanecía uno que otro pedacito de su
ñañita (caca) y eso le daba más razones a mi mamá de querer deshacerse de ella.
Pero la Juana se fue acostumbrando a la casa y a mí y gracias a Dios dejó de
llorar y pues ya de ahí en adelante todo bien, aunque de vez en cuando empezaba
a ladrar por las noches y mi mamá otra vez me decía: ¡callá esa perra!
9.
Tener exceso de
equipaje al regreso de Toulouse y descubrir que en la maleta venía nada más y
nada menos que Petronilo Pello, esa iba a ser una sorpresa al
llegar a Nicaragua, pero por el exceso de equipaje, tuve que abrir la maleta y
ver qué se podía acomodar y ahí me llevé la sorpresa de ver a ese monito que se
venía a Nicaragua y dejaba en la farmacia cercana al reloj de la ciudad a sus
primos lejanos. ¿No te hace falta Francia Petronilo?
10. ¡¡¡Ahora lo tengo complicado, por haberme limitado a sólo
10!!! Bueno voy a mencionar más de una cosa, creo que para terminar con esta
lista diría que entre las mejores cosas del mundo para mí, el haber estado con
amigos nicaragüenses en Francia y Suecia ha sido muy gratificante. Haber hecho
ese viaje por Barcelona, Lisboa, Londres, Toulouse, Albi y por la excelente
compañía, es y será inolvidable. Haber nadado con tiburones en Belice en el Hol
Chan, me dio mucho miedo, pero es algo digno de contar. Haber llorado con mi amiga al preguntarle si
estaba preparada para la inevitable pregunta que algún día su hijo, que está en
silla de ruedas, le pueda hacer: ¿Por qué él no puede caminar y los demás niños
sí?.
Me
gusta esto de “mi lista de las mejores cosas del mundo”. Pero tampoco puedo
abusar y escribir tanto. Hay muchas cosas que necesitan ser dichas, pero lo
haré en otra entrega. Y hay tantas otras más que no han pasado que, bueno, ya
en el futuro se escribirán, por el momento hay que seguir con la tarea de vivir
y de ir construyendo el futuro.
¿Y
vos?, ¿Ya tenés tu lista de las mejores cosas del mundo?