Por:
Jorge Vega|
Una vez uno de mis sobrinitos vino llorando a decirme que mi otro sobrinito le había dado un golpe, entonces el que le había dado el golpe dijo que fue “sin querer” y mi otro sobrino dijo que no, que fue “con querer”. ¿Se imaginan el enredo?
Con los niños uno tiene que interrogarse sobre un montón de cosas, porque te preguntan de todo, ¿Por qué esto?, ¿Por qué lo otro? Y pues a veces dicen cosas que te hacen cuestionarte sobre el uso del idioma….como existe sin querer, debería existir con querer (o con ganas como decimos en Nicaragua), esa es la lógica y tiene mucho sentido.
'Sin querer' da la idea que la acción no fue intencional, no se había pensado en hacer algo malo en contra de otra persona, no hay una intención clara o premeditada.
'Con querer', que no existe de momento, demuestra que las acciones se hacen adrede, intencionadamente, deliberadamente, expresamente, premeditadamente, a propósito.
Por ejemplo, si vas por la calle y estás explicando algo y de pronto abrís los brazos para continuar con tu explicación y justo en ese momento pasa alguien y pues lo golpeás un poquito, en ese caso es sin querer, porque no era parte de tu plan hacerlo, fue algo que pasó sin premeditación. En cambio si sabés que alguien va a pasar y pues querés darle su golpe o su toque (como decimos en Nicaragua) o algo, ya ahí cambia la cosa, porque es parte de tu plan, lo pensaste y querés hacerlo y estaríamos hablando de algo que se hizo 'con querer', tal cual lo dijo mi sobrinito.
¿Y qué pasa cuando lo que hiciste tiene una mezcla de “sin” querer y “con” querer?, pues en ese caso la mezcla permitiría hacer uso de la célebre frase del chavo del 8: “Fue sin querer queriendo”, que seguramente hubiera sido la respuesta que le hubiese dado a mi sobrinito en ese momento.