Por:
Jorge Vega ~
Para
despedir al año 2018 y darle la bienvenida al 2019,
decidimos ir a hacerlo a la Puerta del Sol, en Madrid.
Paradójicamente una de las cosas que más me llamaba la atención de
ir a Madrid, es que en esa ciudad hay un restaurante de Nicaragua. La
idea de ir a conocer la capital española y de paso ir a comer algo
de mi país, en un ambiente centroamericano, me parecía doblemente
genial.
Para
Navidad estábamos en el País Vasco (Le Pays Basque,
en francés), en la parte francesa, entre Hendaye
y Saint Jean de Luz, así que para ir a Madrid pensamos en
tomar el tren, porque no queríamos ir en carro. La mejor idea era ir
a San Sebastián (en el País Vasco, parte española) y ahí
tomar el tren de la RENFE con dirección a Madrid.
El
viaje en tren duró un poco más de 5 horas. El tren está equipado
de pantallas para proyectar películas, documentales o simplemente
para escuchar música (hay auriculares para todos los pasajeros) y
pues el tren también tiene el servicio habitual de cafetería y otra
cafetería móvil, como las de los aviones....
Creo
que hicimos alrededor de 7 paradas en las ciudades principales por
las que pasa el tren y finalmente llegamos al destino final que era
Madrid. El clima era súper bueno, hacía algo de calor y eso que
estamos en invierno. Antes para mí no era tan importante eso de
estar en invierno o verano, porque en Nicaragua prácticamente no se
siente el cambio, bueno, depende de las ciudades y las regiones, pero
en principio el clima nuestro es el mismo todo el año, pero en
Francia es súper importante esto de si es invierno o verano, porque
el invierno es frío, incluso súper frío en ocasiones y pues el
verano es caliente, normal, como casi los 365 del año en Nicaragua.
Para
movilizarse en la capital española, optamos por la tarjeta que te
sirve para tomar el metro o el RER de Cercanías. Es una tarjeta
recargable, es el mismo sistema que vimos en Amsterdam o en
Luxemburgo si mi memoria no me traiciona...
Museo Reina Sofía |
Confieso
que al estar en el metro tuve la sensación de estar en un país
latinoamericano, en América del Sur; no conozco el cono sur, pero he
visto muchos documentales y películas y ese fue el sentimiento que
tuve al estar en Madrid. Por momentos también me sentí como en
Multicentro las Américas, en Managua. La presencia
latinoaméricana es bastante grande en esa ciudad.
Recibir
el año nuevo en la Puerta del Sol no fue quizás una de las
mejores ideas; el lugar es súper pequeño y entonces se llena súper
rápido, hay personas que van ahí desde tempranas horas y pues los
que llegan después de las 11 de la noche ya no tienen chance de
poder apreciar todo a como se debe. Como dato curioso, en Madrid
dicidieron parar el reloj a las 11:15 de la noche y lo pusieron otra
vez en ruta como una hora y media después, para recibir el año
nuevo 2019, es decir que recibimos el año con retraso....
Realmente
fue interesante caminar por las calles de la capital española: ir al
parque El Retiro, visitar el museo Reina Sofía, ir al restaurante
Nicaragûense Volcanes, recibir el año nuevo en la Puerta del Sol (a
pesar de todo), ir a la Plaza Mayor y pues también haber comido
muchas tapas españolas o pinchos como ellos les dicen.
Necesitamos regresar de nuevo a Madrid, porque según dicen, de
Madrid estás a tan sólo un paso del cielo, ¿Será?