“Es el tiempo que has perdido en tu rosa,
lo que hace a tu rosa tan importante. ...”
(El principito, capítulo XXI)
-Jorge Vega-
Parece que en la actualidad, hay más “razones” para terminar una relación que para mantenerla, quizás las parejas de este tiempo, no estén dispuestas a luchar y darlo todo con tal que sus relaciones se consoliden ¿Es esto acaso una moda o simplemente siempre ha existido y muchos de nosotros no estábamos en sintonía?
Soy profesor de idioma extranjero, y como parte del examen oral, mis alumnos debían exponer sobre un tema, mismo que sirve para que el estudiante mejore su pronunciación, enriquezca su vocabulario y pueda además desenvolverse en una situación real. Para realizar esa labor, una de mis alumnas se apoyó de una frase de Antoine de Saint- Exupéry (Francia 29.06.1900) que dice “El amor no es verse uno al otro, es ver juntos en la misma dirección”. La joven dijo, que cuando en la pareja se tiene mucho amor y se cuenta además con un plan de vida y hay buena comunicación, la relación resulta exitosa. Todos estamos de acuerdo con eso, aunque sea en teoría. Se dijo, entre otras cosas, que en las relaciones amorosas, existen tres tipos de humanos; los celosos por naturaleza, los no celosos y los que “alteran” la costumbre inicial; de celoso a no celoso y viceversa. Se dejó claro que en las relaciones de familia, noviazgo, pareja e incluso las relaciones laborales, el celo está presente como forma de demostración de interés por la otra persona o en ciertos momentos, inseguridad de uno de los miembros que conforma la pareja y que todos, absolutamente todos los seres humanos en su vida han sentido una chispa de celos de diferente índole.
De la vida real
A casi todos nos ha tocado tener una excelente experiencia con el amor, la cual, tiempo después, se convirtió en el primer “gran” contacto con el desamor. Es difícil, en principio porque tenés todo ese amor para dar y te das cuenta que ya no hay una persona que quiera recibirlo, pueden haber 100 personas a tu alrededor, pero inexplicablemente la ausencia del ser amado está “presente” como un fantasma, ya no es parte de los 100, ya es parte de tu historia personal, tu historia amorosa, ya cada uno conoce (en dependencia de la duración de la relación) muchas cosas sobre el otro y debe aprender a vivir sin lo que considera es su “otra mitad”. La experiencia del desamor, sirve para conocerse mejor, fortalecer la autoestima, apreciar a las personas que están a nuestro alrededor, conocer muchísimas historias bastantes escalofriantes y fuertes, dignas de ser contadas en un libro o presentadas en una película; como la de una amiga que estaba muy enamorada y que se iba a casar y viajó a visitar a su futuro “esposo” y éste le dice que ya no quiere, o la del chico locamente enamorado de su chica que se fue de vacaciones a Suecia y se casó y nunca regresó y así continúa la enorme lista, la experiencia sirve además para escuchar con atención los mensajes de las canciones, porque la mayor parte del tiempo, nos dejamos llevar por el ritmo de la canción y no necesariamente por el texto, esa es la razón y no otra, Emila Persola, por la cual mujeres solteras o casadas han recibido con brazos abiertos la canción “Yo no sé mañana” de Luís Enrique. Sólo quienes han experimentado tanto el amor como el desamor y estén pasando por un mal momento sentimental reciben la canción con, al menos un poco de, mal sabor. Hace poco una amiga me preguntó ¿Sabés quién sale perdedor al terminarse una relación?, la respuesta más certera la encuentro en una frase de la canción “El espejo” de Yuri “sale perdedor el que ama más”.