Por:
Jorge Vega ~
Ya
me habían dicho que La Costa Azul (Côte
d'Azur), también conocida como la Riviera Francesa, era
uno de las tantos destinos turísticos que todo extranjero de visita
o residente en Francia, debe conocer. Quienes me recomendaron este
destino no se equivocaron. La Costa Azul ofrece paisajes súper
coloridos; el color de la vegetación es increíble, parece de
película; la arquitectura es súper diferente a la de la Bretaña
Francesa y pues obviamente que uno se queda maravillado del tan
presente color azul del litoral mediterráneo.
La
Costa Azul me queda a casi 10
horas de distancia por carretera, entonces hacer una parada
«estratégica» era más que obligatorio y pues afortunadamente esta
parada fue en Carcassonne,
ciudad famosa por su ciudadela medieval. Por primera vez pude visitar
dicho lugar, así como poder comer el Cassoulet a como se debe.
Desde
Carcassonne aún
quedan como 5 horas de trayecto para llegar a Saint-Raphaël,
nuestro destino final para este
viaje a la Costa Azul. Uno
de los problemas más significativos para mí, fue experimentar el
viento del mistral; es un viento súper violento y que se hace sentir
cuando uno va manejando, no es nada agradable y uno tiene que estar
súper alerta, sobre todo, porque hay muchos camiones en esa zona.
Pasado
el susto del viento del mistral, fuimos recompensados al poder
finalmente llegar al hotel y particularmente al día siguiente, con
la espectacular vista que la naturaleza nos ofrecía. Aprovechamos de
este viaje para conocer Saint-Raphaël, Frejus, Grasse, Cannes....
Sin un itinerario específico y detallado, porque eso me sigue
gustando, poder viajar sin tener todo controlado y bien organizado,
me gusta que las cosas se hagan de forma más o menos espontánea.
A
mí me habían recomendado este rincón de Francia, y ahora me toca a
mí recomendarlo, eso sí, hay que estar informados del clima, porque
nosotros estuvimos ahí durante casi dos semanas y pues la segunda
semana fue de lluvia intensa, entonces con un clima así, es difícil
poder aprovechar de la estancia en la Costa Azul, a como Dios manda.