Por: Jorge Vega
Hay cosas de mi infancia que de pronto regresan a mi
presente. Hoy por casualidad vi el paquete sorpresa de chimbombas (así
le decimos a los globos en Nicaragua), para los que no se acuerdan o no conocen
a lo que me refiero, les explico. Hace años existía en casi todas las pulperías
del país paquetes sorpresas con chimbombas de diferentes tamaños; desde las más
diminutas, hasta el premio mayor que consistía en una chimbomba enorme, tipo
jumbo! Conseguirla era el objetivo de casi todos los niños y niñas que conocí
en mi infancia, y claro está, el mío también!
Hoy por hoy se me hace difícil recordar el precio que
se pagaba, creo que eran 25 ó cincuenta centavos o como nosotros le decimos
comúnmente “cinco reales”, nunca entendí por qué a la moneda de cincuenta
centavos le decimos “cinco reales”, pero en Nicaragua todo el mundo entiende
que se hace referencia a esa moneda.
Entonces con la plata (dinero) en mano uno iba a la
pulpería y te daban una cartilla enorme con muchos dibujitos que ocultaban los
números que se encontraban dentro, uno decidía qué imagen tomar y el pulpero
(persona que trabaja en la pulpería) quitaba la imagen y ahí aparecía el número
de la suerte y con ese número se buscaba en el paquete sorpresa, para ver qué
tipo de chimbomba te habías ganado. Uno siempre tenía la esperanza de ganarse la
chimbomba grande o por lo menos “decente”, pero casi siempre te salía una
pequeña, salían también unas que parecían como gusanos, yo tenía tan mala
suerte que creo que siempre me salían unas tan, pero tan pequeñas que era
incluso imposible inflarlas!, pero igual uno iba al día siguiente con la esperanza
de que en esa ocasión por fin lograras tener la chimbomba grande, aunque en
ocasiones desde que llegabas a la pulpería te decepcionabas al ver que la
chimbomba “jumbo” ya había desaparecido, quién sabe quién habrá sido el
afortunado o afortunada, en todo caso de lo que sí estaba seguro es que no
habíamos sido ni las gemelas (mis hermanas)ni yo.
Honestamente no recuerdo nunca haber sido
“beneficiado” con ese premio, pero sí sé que era una manera de mantenernos
“imanizados”, la chimbomba “jumbo” nos
hacía volver una y otra vez a la pulpería, íbamos a buscarla, todos queríamos
tenerla, decir: yo me la gané!, Qué inocentes que éramos y sin embargo, quienes
vivimos eso, creo que podemos jactarnos de haber vivido una infancia bien
gratificante y sencilla en la que el juego de la chimbomba sorpresa, nos hacía
sentirnos los dueños del mundo, o al menos del barrio o calle donde vivíamos.
Imagen extraída de: http://www.dx.com/es/p/different-patterns-latex-balloons-colorful-100-piece-pack-146663