Por:
Jorge Vega |
Para
empezar algo nuevo, a veces nos toca irnos de un lugar, una ciudad,
un paîs. Irse, ese
verbo reflexivo que puede ser uno de los mâs tristes, pero es a la
vez el que te invita a descubrir, a hacer cosas diferentes. Cuando te
vas de un lugar forzosamente tenés que llegar a otro y después de
concluir algo, tenés que empezar algo nuevo.
Hoy
me vino a la mente las tantas puertas que he tenido que cerrar para
poder dar el paso de abrir otras nuevas. Hoy por hoy estoy convencido
que eso es parte de un proceso de crecimiento y aprendizaje.
Recuerdo
la primera vez que salî de mi casa. Después de haber terminado de
hacer la maleta y cerrar la puerta, te da la sensaciôn de un gran
vacio. Te vas y dejâs lo que conocés bastante bien, para empezar en
otro lado y empezar a aprender. Al comienzo resulta bastante
difîcil, todos los que hemos pasado por ese proceso lo sabemos, pero
con el paso del tiempo uno se adapta y hace que el nuevo espacio sea
la nueva casa.
Escribo
estas palabras pensando en la Melissa, que pronto se va del paîs, y
en todos mis amigos y conocidos que se han ido de Nicaragua y que
tuvieron que cerrar la puerta de sus cuartos, casa y en ese preciso
momento en el que sabés que no hay marcha atrâs, toca respirar y
con firmeza decir: Adiôs casa!
Nuevas
puertas se abrirân en el camino y con ellas, nuevas experiencias y
nuevas herramientas para la vida!