Jorge Vega ~
Un año con los Franceses (Une année chez les Français, en francés), es el
título de un libro que leí recientemente. Dicho libro fue escrito por Fouad
Laroui, autor de origen marroquí y profesor de literatura francesa en la
Universidad de Ámsterdam.
En la corta biografía
de Fouad Laroui (disponible únicamente en 4 idiomas) aparecen datos que me
parecen pertinentes mencionar; por ejemplo que él pasó una infancia feliz y
rica en conocimientos en el liceo
Francés Lyautey en Casablanca (Marruecos), luego realizó estudios de ingeniería
en Francia y obtuvo un doctorado en ciencias económicas en Londres, para
finalmente instalarse en Ámsterdam, donde enseña literatura francesa.
La historia pareciera ser parte de la autobiografía del autor. El
protagonista de la novela es Mehdi, un niño marroquí muy pobre, pero muy
inteligente. Mehdi o “Fátima” como lo llaman “familiarmente” (porque es un
nombre común en la cultura árabe), es un niño apasionado por la literatura y
cuenta con una gran imaginación, tiene la capacidad de crear e imaginar
historias fácilmente, me hace pensar en Felipe de Mafalda.
Mehdi Khatib es un niño marroquí que está estudiando en un liceo francés
muy prestigioso al cual únicamente tienen acceso estudiantes franceses viviendo
en Marruecos o estudiantes marroquíes o extranjeros adinerados. Mehdi logra
obtener una beca para estudiar en tan prestigioso liceo Francés, el liceo Lyautey, y nos comparte su experiencia en relación al choque
cultural, lingüístico, gastronómico y manifestaciones y formas de hacer las
cosas de los Franceses que él simplemente no comprende en su totalidad.
A Mehdi le llama la atención que las personas (los franceses) se interesen
tanto en él, en su vida, en su cultura, en su “idioma”, lo curioso es que él no
habla mucho árabe, la lengua que él utiliza en su vida cotidiana es el francés.
Un año con los franceses nos permite descubrir dos visiones: la de Mehdi en
Francia y la de los franceses al entrar en contacto con una persona extranjera
en su espacio (en este caso el liceo Francés en Casablanca). Ambas visiones con
muchísimos estereotipos. En este libro lo “diferente” y lo “normal” está muy
presente, la pregunta es ¿Diferente para quién?, ¿Normal para quién?, porque
todo lo que es normal para Mehdi, no lo es necesariamente para los demás y
viceversa.
Para Mehdi los franceses son personas adineradas que viven en el lujo,
comen cosas incomestibles, hablan sin pudor, tienen un nivel cultural y
educativo alto. Para los franceses Mehdi es un niño pobre, que tiene la suerte
o la “dicha” de estar estudiando en el liceo Francés y los franceses se
imaginan muchas cosas sobre él, se hacen una “novela” sin conocerlo
perfectamente bien o simplemente sin saber mucho sobre su vida, se hacen una imagen estereotipada por el origen del
estudiante marroquí.
Un año con los Franceses, resulta ser un año bastante complicado para Medhi; en los diferentes
capítulos se narra su lucha por encontrar su propio espacio, creación de su personalidad,
comprender a los franceses, que ellos lo comprendan y acepten tal cual. Una
lucha muy dura y difícil al comienzo, pero que poco a poco va perdiendo su
importancia, porque ahora que Mehdi puede comprender dos culturas (la suya y la
francesa), hacen de éste año escolar un año totalmente diferente, un año
decisivo en la construcción de su propia identidad, una identidad que finalmente
va a incluir diversas formas de ver el
mundo, la mezcla de pensamientos y formas de actuar. Une année chez
les Français
(Un año con los Franceses) es como una escuela para aceptar y comprender «al otro»,
sin importar su origen y sus diferencias.