Por: Jorge Vega|
Recientemente tuve la oportunidad de visitar «La Bicoque», nombre que Clemenceau le dio a su casa del mar, situada en Vendée, y sitio al cual acudía regularmente en verano.
Georges Clemenceau se instaló en «La Bicoque» en 1916. Según el documento que me dieron durante la visita, él acababa de firmar el tratado de paz al culminar la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y necesitaba descansar de su larga carrera consacrada a la política y pues deseaba regresar a su región natal.
En la casa podemos apreciar diferentes espacios, como, por ejemplo; la cocina, el corredor, las habitaciones de huéspedes, su habitación privada, el salón...
El salón o sala, fue uno de mis espacios favoritos. Me gustó muchísimo, porque es un lugar súper amplio y con una decoración súper agradable e interesante. Desde la sala se puede apreciar el jardín y el mar. En este lugar hay muchas cosas súper interesantes; la piel de tigre, que hace eco a su rol político, también la alfombra ofrecida por el mariscal Lyautey, gobernador de Marruecos, entre otras cosas que evocan diferentes partes del planeta.
En la habitación de Clemenceau se pueden ver cabezas de antílopes , así como la de un cocodrilo las cuales evocan su pasión por la caza y los viajes. La habitación tiene una perfecta vista hacia el mar, lo cual es perfecto para otra de sus pasiones: escribir frente al mar.
Algo que me pareció súper curioso, es que él hizo que su cama estuviera a cierta altura, para poder ver el mar al acostarse y también al despertarse. Otra cosa curiosa también, es la imagen de Buda, porque Clemenceau se consideraba, así mismo, como el primer budista de Francia.
Fue interesante esta visita, la cual se puede hacer de forma independiente o bien con un guía quien te explica con más detalles diferentes cosas de la casa y jardines de Clemenceau.
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Para información detallada, pueden visitar la página oficial de la casa de Clemenceau ↓
https://www.maison-de-clemenceau.fr/