Accéder au contenu principal

Hermano que estás en los cielos

Por: Jorge Vega



¨Cáncer. Cómo ha cambiado para mí el significado de esta palabra. Primero fue un tabú, un estigma. Después se convirtió en una especie de parásito alojado en el cuerpo de mi madre, que la fue consumiendo día a día. Ahora que está dentro de mí ya no es ni lo uno ni lo otro. El tono amenazante de la palabra ha quedado neutralizado. Es más bien algo concreto, casi cotidiano. Es sólo la forma en que me voy a morir¨

Esa es una de tantas reflexiones de Julia Bartolini, personaje principal de la novela ¨Madre que estás en los cielos¨ del escritor chileno Pablo Simonetti. La historia me cautivó desde sus primeras páginas. Es una novela muy cruda según yo, pero muestra tantas cosas tan reales, cosas que he conocido de primera mano como es el tema del cáncer, ya que hace unos meses mi hermano murió de dicha enfermedad.

En la novela Julia habla sobre toda su vida; desde cuando era una niña y vivía con sus padres Maurizio Bartolini y Victoria, hasta cuando se hizo adolescente y luego una mujer y se casó con Alberto y con quien procreó 4 hijos, cada hijo con sus diferencias de carácter y formas de ver la vida.
Hice muchísimas anotaciones de la novela, porque realmente me sentí extra identificado y siento que tiene mucho que ver el hecho de haber perdido a un hermano con dicha enfermedad.

¨Regresaron mis hijos. Al verlos entrar experimenté el primer sentimiento reconocible frente a lo que ocurría: me apenó la idea de perderlos, presentir el dolor que les ocasionaría mi muerte¨, pienso en esto y la piel se me pone de gallina, debe ser muy duro para la persona enferma ver a sus familiares y saber que algo grave está pasando. En mi caso, mi familia es originaria de San Miguelito (Río San Juan), el sur de Nicaragua y no nos vemos con nada de frecuencia, pero cuando Ramiro estaba en el hospital muchos familiares tanto de Managua como de San Miguelito fueron al hospital, ya esa es una señal de que algo grave estaba pasando, y pienso en el dolor que debe representar para la persona enferma el sentimiento de perder a sus seres queridos, porque nosotros perdimos a un hermano, un sobrino, un hijo, pero él perdió de golpe a todos y todo.

Julia sufrió de muchísimas cosas, desde la enfermedad progresiva de su esposo, del alejamiento de uno de sus hijos, de la infidelidad de su padre, la rebeldía de una de sus hijas, de ver cómo sus hijos iban creciendo y haciendo sus vidas y que dichas vidas no eran como ella tanto había esperado, pero a pesar de todo lo malo, ella siempre tiene una dosis de positivismo y a pesar de estar padeciendo una enfermedad terminal, ella piensa que ¨todos sobrevivimos de algún modo y nuestras vidas, al fin y al cabo, no son tan sufridas¨.

Tengo mucho más que decir sobre ese libro, pero lo haré en otras entregas. Ojalá tengan la oportunidad de leerlo.

Aquí un link sobre el libro:
http://www.guioteca.com/literatura-contemporanea/madre-que-estas-en-los-cielos-la-historia-familiar-de-pablo-simonetti/


Seguí leyendo ↓

El arroz nuestro de cada día!

  Por: Jorge Vega Como lo mencioné en otra entrada, en Nicaragua no se le enseña a cocinar a los hombres, entonces cuando a uno lo toca estar fuera del país y tener que hacer su propia comida, en muchas ocasiones nos resulta totalmente difícil! La primera vez que me tocó estar por mucho tiempo fuera del país, compraba mucha comida congelada que bastaba con ponerla en una paila con aceite o sin nada o en el microondas y con eso ya me las arreglaba para comer, pero como hay momentos en lo que eso me aburría, tuve que empezar a medio aprender a cocinar y como no tenía mucha plata, entonces tenía que comerme todo a como me saliera. No tienen idea de las cosas que me tuve que comer, creaciones hechas por mí mismo. De regreso en Nicaragua, me interesé por aprender un poco más sobre el arte de cocinar y ahora sé hacer algunas cositas, no súper deliciosas o suculentas, pero no me muero de hambre como decimos popularmente en el país, pero todavía hay algo que me da b...

Compartiendo experiencias

Por: Jorge Vega Cada vez que nos toca hacer una capacitación, uno como capacitador debe preparar dicha actividad, entonces se elabora un plan y se parte de él, pero a medida que uno va conociendo al grupo y va descubriendo sus conocimientos, el plan puede mantenerse, pero con variables.  Evidentemente muchos criterios pueden ir apareciendo o no, depende mucho del interés que tenga el capacitador, así como de la motivación del grupo. Hay ocasiones en que el grupo está súper motivado y no son necesarias las actividades lúdicas, en cambio hay otros grupos con los que empezar con una actividad lúdica es un requisito imperativo. En lo personal, trato de ir de la teoría a la práctica, aprendiendo y poniendo en práctica dichos conocimientos. En dependencia del grupo y de la actividad, se puede trabajar en grupo o no, pero todo está orientado al desarrollo creativo.  A mí me gusta siempre contar alguna anécdota de algún error cometido, algo que me pasó, una experien...

La Sweety!

Por: Jorge Vega La gata estâ tranquila, hace como que estâ comiendo y desde que la puerta de la cocina se abre hace el intento de salir. Ella estâ esperando cualquier oportunidad o descuido para salir de la cocina. Ya sea que se haya dejado la puerta abierta o que ella la haya abierto con sus patas, la cosa es que estâ muy atenta a ver en qué momento se abre la puerta y no deja pasar una sola oportunidad. Cada vez que la puerta estâ abierta, semi abierta e incluso cerrada, ella estâ intentando abrirla para ir a la sala y poder ver desde la ventana. ¿Por qué escribir sobre una gata que quiere abrir la puerta de la cocina? Porque puede ser utilizado como un motor de cambio para el humano también. Esas ganas de querer abrir las puertas para hacer algo nuevo. Esas ganas de lanzarse y no dejar perder ni una sola oportunidad. Esas ganas de querer abrir la puerta incluso si sabe que estâ bien cerrada. En ocasiones logra dar el paso correcto y salir y lograr su objetiv...

Me gusta dar clases!

Por: Jorge Vega Me gusta dar clases, me gusta intercambiar con los estudiantes y con los profesores. Me gusta crear, hacer cosas nuevas, experimentar, poner en prâctica, y por supuesto aprender!    Dicen que la prâctica hace al maestro y es muy cierto. Al dar clases uno va ganando experiencia y con el tiempo uno puede ir transformândola y adaptândola segûn los tiem p os, las nuevas tecnologîas, la modernidad. Enseñar es también aprender. No recuerdo cuântas cosas he tratado de enseñar, pero recuerdo perfectamente las lecciones que he aprendido en el proceso y algo que recuerdo perfectamente y comparto con mis estudiantes, son mis metidas de pata, mis errores, cosas de las que no me siento tan orgulloso, pero que me han permitido crecer a nivel profesional. Me gusta dar clases y ver a los estudiantes aprender, ver su evoluciôn, verlos hacer cosas sûper ingeniosas, compartiendo ideas geniales, enseñândome a mî que no estoy en la sala de clases solamente pa...