El Fuerte de Socoa. Imagen extraída de internet. |
Por : Jorge Vega|
Desde que vivo en Francia, empecé la costumbre de vacunarme contra la gripe. Es una vacuna anual, me la pongo en invierno y según yo, eso me permite estar tranquilo y no enfermarme, y por lo tanto pasar bien durante el invierno (que suele ser entre frío y súper frío).
Debo aclarar que 'la gripe' en Francia no es como en Nicaragua. En mi país la gripe es un simple resfriado, catarro... En Francia, 'la gripe'*, es otra cosa que puede ser mortal.
Vacunarme contra la gripe era súper fácil, pero durante la pandemia del Covid eso se volvió bastante difícil. Creo que en ese momento la vacuna contra el Covid estaba empezando a salir y era poco accesible, porque estaba reservada a las personas mayores de edad, y entonces la mayoría de la gente estaba optando por ponerse la vacuna contra la gripe para así sentir que estaban más o menos protegidas del Covid.
Yo estaba de vacaciones en el sur de Francia, en el País Vasco, y después de muchos días, logré encontrar una farmacia que tenía la vacuna contra la gripe. Yo estaba alegre. Llamé a la enfermera y así pude conseguir una cita para el día siguiente.
La enfermera tiene su consultorio muy cerca del Fuerte de Socoa y por lo tanto uno está súper cercano al mar. Yo tenía que esperar, porque la cita era como a las 12 am y entonces me fui a caminar al muelle y una amiga me llamó por teléfono y me puse a hablar con ella. Tenía en una mano el celular y en la otra la vacuna (que estaba dentro de una bolsa plástica dura). Todo iba bien, pero de pronto, el viento se puso súper fuerte y me arrancó la vacuna de la mano y cuando vi, ¡Mi vacuna fue a parar al mar!
En ese momento decidí bajar a la playa, estar cerca de la parte donde están las rocas y pensé que con las olas la vacuna iba a ir a pararse cerca del muelle y que de ese modo yo iba a poder agarrarla. Había descartado la idea de meterme al agua, porque hacía bastante frío (estábamos en invierno) y pensé que si me metía al final iba a ser peor.
La vacuna estaba como a 50 metros de distancia y no habían ramas para poder intentar agarrarla, entonces se me ocurrió empezar a llamarla, le decía ''¡Vení, porfa!'', y la vacuna venía hacia mí, porque las olas la hacían avanzar, pero después se iba, porque las olas la hacían retroceder. Y yo seguí llamándola, como si la vacuna fuera una gatita o una perrita, le decía ''Vení, porfa, ayudame'' … Pasé así como unos 5 minutos y al final la vacuna terminó por quedar medio atrapada en las piedras y entonces me aventuré un poquito y caminé como unos 15 metros sobre esas piedras heladas y medio me mojé con el agua del mar, pero logré agarrar la vacuna.
Cuando salí de ahí, vi la hora y vi que eran como las 11h48 y mi cita era a las 12, entonces sequé la bolsa de plástico duro en la que estaba la vacuna, la abrí y vi que la caja de la vacuna estaba seca.
Fui a mi cita a la hora acordada y la enfermera me puso la vacuna y yo no le dije ni una sola palabra de toda la odisea por la que tuve que pasar para poder ponérmela.
¡Por primera vez en mi vida viví toda una aventura por una vacuna!, ¡Increíble!
A como dice Pancho Madrigal : ¡Auténtico!
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*Aunque en algunos países se utilizan los términos gripe o gripa para referirse al resfriado común, estos términos no deben confundirse o usarse por igual. Las palabras gripe y gripa proceden de la palabra francesa grippe (procedente del suizo-alemán grupi, "acurrucarse"), mientras que influenza procede del italiano. La gripe puede ser similar a un resfriado; sin embargo, suele iniciarse súbitamente con fiebre alta, dolor de garganta, debilidad, malestar general, dolores musculares, (mialgias), dolor estomacal, dolores articulares (artralgias), dolor de cabeza (cefalea) y tos, que generalmente es seca y sin mucosidad. También puede provocar, esto más a menudo en niños, náuseas, vómitos y diarrea.