Accéder au contenu principal

Mi bicicleta familiar


Jorge Vega

Nacer en una familia numerosa te obliga a compartir todo o casi todo, en mi caso, el número 6 de 8 hijos, me tocó aprender a andar en bici en la misma bicicleta que la hicieron mis hermanos mayores. La bicicleta seguramente fue al inicio buena y decente para el primero de mis hermanos, muy contento se debe de haber sentido, pues fue él la primera persona que la utilizó. Al llegar mi turno, unos 20 años después, la bicicleta había perdido completamente su encanto, no tenía siquiera color y las llantas no daban para más. Estaba muy emocionado a pesar de todo, la idea de poder andar en bici me había cautivado y motivado. Con ciertos ahorros, pude pintarla en rojo, un rojo no tan vivo, pero servía al menos para poder lucirla en la calle de mi barrio, digo; “en la calle”, porque al principio no me era permitido más que ir y regresar en el mismo trecho de la calle hasta cansarme de ver las mismas paredes, vecinos y ver las otras bicis modernas y nuevas. Yo aprendí a andar en bicicleta a los 7 años, un año antes que muriera mi padre. Aprendí en una bicicleta para personas “grandes”, chavalos entre unos 12 ó 14 años, me doblaba en edad la bendita bicicleta. Inicié aprendiendo en el patio de la casa de mis padres, recuerdo que en ocasiones mi papá me llevaba de la montura y después me aventaba y me dejaba solo, hasta que yo chocaba con algo y me caía y empezaba a llorar. No muy humana la técnica empleada por mi papá, pero igual aprendí.
No recuerdo si a mis hermanas menores, que son gemelas, les toco aprender a andar en bici en la misma bicicleta que a mí, creo que fui el último en usarla, después se poncho una llanta, un hermano mayor que yo compró una nueva y a partir de entonces nadie la volvía a ver. Hasta ahí llego el aparato de hierro y hule. Luego de algún tiempo, creo que se reparó, pero era más que evidente y entendible que ya no daba más, su vida útil ya había caducado. Hay cosas en la vida que te dejan un lindo recuerdo, bueno la bicicleta me dejo también raspones y chichotes, pero aprendí y eso es lo que vale. Te recuerdo con cariño bicicleta roja, libre, chillona, “bonita”, sí fuiste bonita. Y así te tendré en mi mente.

Seguí leyendo ↓

Amsterdam, la capital de colores

Jorge Vega~ Me gusta viajar. Esa es una de las cosas que más me gustan. Me gusta viajar, porque al viajar conocés otras cosas, ves formas diferentes de hacer las cosas, escuchás otro idioma o si es tu mismo idioma escuchás otras formas de hablar, otros acentos, otras formas de llamar a las cosas, otros olores, sabores... He tenido la suerte de viajar por varios países, no tantos como quisiera, pero en definitiva que esa es una riqueza cultural enorme, vas llenando tu mochila de nuevos destinos y te das cuenta que después de cada viaje regresás cansado, pero renovado y con una gran sonrisa. Hace poco fui a Amsterdam en los Países Bajos, y esa ciudad me gustó mucho. Uno de los aspectos más cautivadores, además de sus canales y de sus bicletas, fue el hecho de ver que las personas sacaban sus sillas y sus mesas y se sentaban en las calles, como nosotros en Nicaragua que nos sentamos en las aceras de las casas. Yo juraba que ese tipo de cosas sólo se hacían e...

Campaña de sensibilización contra la desertificación.

Estudiante terminando su afiche. Jorge Vega ~ En esta ocasión les quiero compartir el trabajo realizado por mis estudiantes. Antes no acostumbraba hacerlo, pero desde hace algunos meses sentí que era una buena forma de dar a conocer parte del trabajo que ellos hacen, con la idea de valorar su progresión, creatividad y buen desempeño. La misión de la semana del eje temático: Sauver la planète, penser les futurs possibles , que en español sería→ Salvar al planeta, pensar en las soluciones posibles , era la siguiente: Para el día de la lucha contra la desertificación, prepara un afiche (campaña de sensibilización) con una imagen negativa (el problema del agua) y una imagen positiva (soluciones posibles) + un pequeño discurso que presenta la necesidad de tener acceso al agua para vivir. Y ahora, les comparto algunas fotos y videos, que son el resultado de dicha misión. ¡Un aplauso por el buen trabajo de los muchachos! 

Le Dernier Fakir (El último Faquir)

Por: Jorge Vega Hace unos meses trabajé con mis estudiantes de francés un cuento del escritor chileno Luis Sepúlveda. El título era Le Dernier Fakir (El último Faquir). El cuento habla sobre la amistad entre dos hombres; uno era el ¨proyecto¨ de faquir y el otro hombre era su, como él mismo se autoproclama,  mejor amigo. La historia es, según yo, muy conmovedora y realmente me impresionó mucho el final. Pero en esta ocasión no quiero hablar sobre la historia precisamente, sino sobre la enseñanza de haber trabajado este cuento con mis estudiantes. Cuando leí el cuento por primera vez pensé que no podía guardármelo para mí mismo y pensé que como a mí me había gustado y emocionado, seguramente pasaría lo mismo con mis estudiantes, pero no fue así. El día de la clase mientras leíamos el cuento y tratábamos de entender, los estudiantes no mostraban el mismo entusiasmo que yo, era claro que yo esperaba que causara el mismo impacto que en mí y por eso les pregunté repeti...

Semana Santa en una caravana

Por: Jorge Vega Nunca habîa estado en una caravana . Las que habîa visto son las de pelîculas, las de circo o las de “ Les gens du voyage” (“La gente que viaja”), asî se le dice en Francia a las personas que andan de ciudad en ciudad, estân un tiempo en un lugar, luego se van a otro lugar y asî sucesivamente. Gitanos pues. Pero para la Semana Santa apareciô la oportunidad de estar en una caravana en La Presqu'île y no la desaproveché! El espacio en una caravana es limitado, pero hay muchas partes que son convertibles, por ejemplo el comedor se puede deshacer y transformarse en cama en un minuto. Muy prâctico por el espacio. Tiene un toque multiusos. La caravana tenîa una cocina, bastantes estantes fijos en donde uno decide cômo ordenar sus cosas y tiene incluso una mini refrigeradora. El baño y el inodoro estân aparte en una zona comûn del camping. Para mî fue una nueva experiencia, porque en Nicaragua no tenemos la cultura d...