Jorge Vega
El grito desgarrador de la niña hizo que se levantara. dormía como una piedra, pero al escucharla se levanto y a toda prisa se dirigió a la habitación de Eufemia, pero ésta ya no estaba acostada en su cama, como acostumbraba hacerlo hacía algunos años atrás. Los recuerdos aparecieron, sintió que la neblina pasaba y le permitía ver todo con claridad. Fue un viernes 30 de Agosto, recuerda que ese día se despertó a las cuatro de la mañana, encendió el candil y empezó a alistarse para ir al campo. Era una mañana bastante fría y le dio un enorme pesar levantar a su hija, así que la dejo durmiendo y se fue. Regresó al escuchar el grito desgarrador proveniente de las cercanías de su hogar, -no puede ser en mi casa- pensó, pero por si las dudas, se fue corriendo a ver qué pasaba. Al llegar, vio a su hija que lloraba porque una serpiente la había mordido, la niña lloraba tanto que los demás llegaron y la llevaron donde el curandero, éste le mordió el área afectada para extraer el veneno, pero por error se lo tragó y minutos después ambos murieron; él por el veneno y ella por el mordisco del curandero. La mujer no ha podido recuperarse de la tragedia y cada vez que duerme, el recuerdo de la pérdida de Eufemia la atormenta y le quita el sueño.