Mi lista de las mejores cosas del mundo

Por: Jorge Vega

He estado pensando un poco en esto y siento que si me tocara mencionar cuáles son las mejores cosas del mundo que me han tocado vivir, sentir, conocer y poder mencionar las que aún no he tenido la oportunidad de experimentar, me atrevería a decir que, si tuviera que empezar con sólo 10, sin duda alguna serían:




1.       Haber nacido en un país pobre con tantos contrastes. País que para muchas naciones ni siquiera existe, pero que poco a poco empieza a hacerse su camino. No lo tiene muy fácil, pero igual seguimos caminando.
2.       Ser voseante. Estoy enamorado de la forma de hablar del nica y sobre todo del uso del “vos” que realmente cambia el sentido de las cosas, hace que las frases sean mucho más “cortantes”, siempre como ordenando a los demás hacer algo, pero con cortesía. Por ejemplo: Los tuteantes dicen: ven aquí! Se siente más distante y “respetuoso”, en cambio nosotros decimos: ¡vení ve! Que según yo, es súper directo y muestra mucha confianza, algo bastante “típico” del nica.

3.       No tener 8000 “amigos” en las redes sociales, pero contar con menos de 8 a quienes quiero mucho y en quienes puedo confiar con los ojos cerrados, aunque a veces, lo confieso, tenga que medio abrir un ojo para constatar que todo va bien :- )

4.       Haber, desde más o menos los 18 años de edad, vivido fuera de la casa de mi madre. Algo bastante inusual en nuestro país, donde para realmente “irte” de la casa, o salir de tu casa materna, tenés que salir casado. La oportunidad de vivir fuera te hace ser independiente y serlo desde temprana edad te da mucha más confianza en vos mismo como persona. Nadie está diciendo que sea fácil, al contrario, es el momento de enfrentarte con la vida real, con el mundo y pues aprender a vivir de ese modo tiene sus altibajos como todo, pero al final del día uno aprende a organizarse, a manejar sus gastos entre otras cosas.

5.       Haber aprendido idiomas extranjeros como francés, inglés, alemán, portugués, mantener ese interés por perfeccionarlos, pero también tener el gusto por idiomas que nunca me he atrevido a estudiar o con los que nunca me he “cruzado”, no dudo que pronto tenga la oportunidad de aprender el idioma  tahitiano (reo Tahiti) que seguro será muy exótico para el oído nica, ya tengo ganas de empezar!

6.       Viajar. Ya sea dentro de Nicaragua o en Centroamérica o Europa. Los viajes me han enriquecido mucho culturalmente y creo que me han permitido tener una apertura con la misma Nicaragua y con los países que he visitado. Hoy por hoy, estando en Granada descubro que hay mucho por aprender de nuestro país. En esta ciudad colonial, estoy aprendiendo palabras y maneras de hacer las cosas muy diferentes a las de Managua y poder descubrir y conocer eso para mí es un privilegio. Estoy ansioso e interesado en continuar descubriendo nuevas tierras y culturas lejanas.

7.       Dar clases. Los que nunca lo han hecho seguramente deben pensar que es un trabajo fácil, pero no lo es, es un trabajo que implica mucha preparación y energía y en ocasiones puede ser bastante agotador, pero es muy gratificante. Afortunadamente he trabajado con todo tipo de público, desde niños hasta señores en educación a distancia y cada una de esas experiencias me han permitido ir creciendo profesionalmente y entendiendo y modificando mi manera de enseñar. Pero en definitiva dar clases es un gran placer.

8.       Haber aceptado a la Juana de Arco desde muy pequeñita. Al comienzo fue muy difícil, porque lloraba toda la noche y yo tenía que agarrar un colchón e irme a dormir a la sala y llevármela ahí, para que nadie escuchara su llanto y se calmaba, pero en la mañana amanecía uno que otro pedacito de su ñañita (caca) y eso le daba más razones a mi mamá de querer deshacerse de ella. Pero la Juana se fue acostumbrando a la casa y a mí y gracias a Dios dejó de llorar y pues ya de ahí en adelante todo bien, aunque de vez en cuando empezaba a ladrar por las noches y mi mamá otra vez me decía: ¡callá esa perra!

9.       Tener exceso de equipaje al regreso de Toulouse y descubrir que en la maleta venía nada más y nada menos que Petronilo Pello, esa iba a ser una sorpresa al llegar a Nicaragua, pero por el exceso de equipaje, tuve que abrir la maleta y ver qué se podía acomodar y ahí me llevé la sorpresa de ver a ese monito que se venía a Nicaragua y dejaba en la farmacia cercana al reloj de la ciudad a sus primos lejanos. ¿No te hace falta Francia Petronilo?

10.   ¡¡¡Ahora lo tengo complicado, por haberme limitado a sólo 10!!! Bueno voy a mencionar más de una cosa, creo que para terminar con esta lista diría que entre las mejores cosas del mundo para mí, el haber estado con amigos nicaragüenses en Francia y Suecia ha sido muy gratificante. Haber hecho ese viaje por Barcelona, Lisboa, Londres, Toulouse, Albi y por la excelente compañía, es y será inolvidable. Haber nadado con tiburones en Belice en el Hol Chan, me dio mucho miedo, pero es algo digno de contar.  Haber llorado con mi amiga al preguntarle si estaba preparada para la inevitable pregunta que algún día su hijo, que está en silla de ruedas, le pueda hacer: ¿Por qué él no puede caminar y los demás niños sí?.
Me gusta esto de “mi lista de las mejores cosas del mundo”. Pero tampoco puedo abusar y escribir tanto. Hay muchas cosas que necesitan ser dichas, pero lo haré en otra entrega. Y hay tantas otras más que no han pasado que, bueno, ya en el futuro se escribirán, por el momento hay que seguir con la tarea de vivir y de ir construyendo el futuro.

¿Y vos?, ¿Ya tenés tu lista de las mejores cosas del mundo?


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