Por: Jorge VEGA|
En esta ocasión quiero hablarles de una película que vi en el cine el fin de semana pasado.
A mí me gusta mucho ir al cine y, el sábado pasado, yo quería ver una película de terror. Normalmente no me gusta ese tipo de género de películas, pero ese día no sé por qué razón, pero tenía ganas de ver algo de miedo.
Vi el afiche de la película y estuve pensando si compraba la entrada o no, porque no estaba seguro de querer ver la película, o sea, tenía como que ganas y a la vez no, entonces me senté en una de las sillas que hay en la sala de espera del cine, vi el tráiler de la película y leí la sinopsis. Después me decidí y compré la entrada.
Yo pensé en ciertas estrategias para no sentir miedo, porque de todos modos siempre (o casi siempre) hay ciertas pistas que te indican que va a pasar algo.
Casi siempre, antes de que empiece la parte
tenebrosa, hay cambio de música o por ejemplo no sé el actor o la
actriz va a abrir una puerta o va a entrar a una casa solitaria
oscura y entonces yo pensé que en esos momentos, en esas partes, yo
tengo la opción; puedo ver o puedo cerrar los ojos, o cierro un ojo
y me quedo con el otro y así la idea era como tener ciertas
estrategias para ver la película, porque yo sé que ese tipo de
películas de terror a veces me hacen gritar bien fuerte, porque yo a
veces me meto en lleno en la historia.
En la sala había poca
gente y la película empezó con una pequeña parte como con intriga
y un poquito de suspenso, pero no necesariamente de terror.
La
historia es contada a través de la mirada de diferentes personajes,
lo cual puede ser interesante, pero lo malo es que la información
que uno recibe es súper repetitiva e innecesaria, porque no aporta
mucho a la historia...
Normalmente la historia cuenta la
desaparición de unos niños, pero al final como que esa parte, que
es la principal, se va dejando de lado, como que no se le da
importancia y al final no sé, como que eso que era lo principal,
pasa a ser súper secundario y uno, como espectador, puede perderse
un poco entre tantas versiones de la misma historia y con escenas
que no aportan mucho.
Hay partes de la película que son cómicas
o super cómicas, y a uno se le olvida fácil o completamente que se
trataba de una película de terror, aunque hay ciertas partes,
mínimas, de terror tirando más como a un humor negro.
Al
salir de la sala de cine uno puede sentirse un poquito como raro,
porque uno vió una película de terror con muchos matices de humor y
uno sale con una sonrisa de desconcierto. Yo, en mi caso particular,
sentí que el tráiler y la sinopsis son una cosa y la película en
sí es realmente otra cosa.
Hay videos que explican un poco la
simbología de la película, y eso puede aportar un poquito para que
uno entienda un poco mejor, aunque lo ideal, en este caso, sería
informarse antes de la simbología y después ir a ver la película.
A mí honestamente no me gustó mucho la propuesta, porque yo
pensaba que iba a ver una historia de terror. Pensé que iba a haber
un poco más de situaciones de miedo, y también pensé que lo
importante iba a ser la búsqueda de los niños; saber qué pasó con
ellos. Y sí se hace eso, pero no de la forma que uno espera, y creo
que por eso hay como que cierto grado de molestia, decepción, rareza
, incomprensión de la trama.